En 1995, Robert Mondavi y Eduardo Chadwick emprendieron una alianza estratégica internacional con un objetivo muy ambicioso: alcanzar el máximo potencial de Chile como productor de vinos y crear un vino de clase mundial como ningún otro en Chile. Uniendo su sueño, esfuerzo y dedicación, en 1997 estrenaron la primera cosecha de Seña (1995), el primer vino ícono de Chile. Ello marcó un hito y fue el punto de partida para la elaboración de vinos ultra Premium en Chile.
Viña Seña
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