La tradición vitivinícola de la familia Carrau comienza en la región de Cataluña, España en 1752. Don Francisco Carrau Vehils, un pescador de Vilasar de Mar, adquirió la primera viña de la familia el 2 de abril de ese año, según documento original de un Notario Público de Barcelona guardado en el museo de la familia.
Desde entonces, la familia Carrau ha sido parte de un pequeño grupo de familias en el mundo que se han dedicado, en silencio y sin descanso, al desarrollo de una tradición, representando actualmente diez generaciones ininterrumpidas de bodegueros.