¿Qué es una cata de vinos?

Estos son algunos de los puntos claves a tener en cuenta al momento de hacer una cata de vinos
Octubre 2024
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Las catas de vinos son una experiencia gastronómica que genera mucha curiosidad. Por una parte, hay un grupo que ya las ha probado y las disfrutan cada vez que pueden y otro que desearía hacerlo, pero no se atreve. Y es que la cata de vinos está envuelta en un manto de creencias en el que se piensa que se necesitan muchos conocimientos técnicos para poder realizarla correctamente.

Qué es una cata de vinos

El verbo catar hace referencia a degustar una bebida o alimento, percibiendo los elementos que lo forman con los cinco sentidos, especialmente con la vista, el olfato y el gusto.

En una cata de vino guiada o personal, se espera que los invitados paladeen el vino mientras un experto guía el evento y las acciones que se realizan en cada fase. Normalmente el conocedor es un catador de vinos profesional o un vinicultor de una bodega en particular.




Dado que en las catas se perciben sensaciones muy etéreas y cambiantes, la habitación en la que se realiza la experiencia ha de ser controlada al máximo para que olores ajenos al vino, la luz o incluso la temperatura no distraigan al catador y afecten a su capacidad de probar los sabores, los aromas y las texturas. Esto es incluso toma una mayor importancia en el caso de un catador de vinos profesional, para el cual se puede llegar a revisar el color en el que está pintada la habitación porque podría alterar su concentración.

Sea cual sea la cata de vinos a la que decidas ir, en todos se siguen una serie de pasos para descubrir la calidad y personalidad de un vino.

Cómo hacer en una cata de vinos

Cuando realizas una cata de un determinado vino lo conoces mejor, y para ser esto solo debes permitir a tu vista, olfato y gusto apreciar los sabores que están sintiendo. Puesto que esto lo podemos hacer todos, tú también puedes catar sin problemas.

Debido a que las sensaciones varían enormemente en función de nuestro estado de salud, las emociones que estemos sintiendo, y las memorias que asociemos a ciertos sabores; no hay ninguna respuesta incorrecta en una cata, así que no tengas miedo y atrévete a descubrir los vinos.

Las catas de vinos siguen una serie de pasos lógicos que coinciden con el estudio y degustación de cualquier alimento: una etapa visual, una etapa olfativa y una etapa en boca.

Etapa visual de la cata de vinos

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Este es el momento en el que se aprecia los colores del vino. Para ello tomaremos la copa por el pie para no calentar el vino con nuestras manos. A partir de allí, inclinamos la copa para contemplar su color, apuntado la base hacia nuestro cuerpo, así nos quedará en frente y los observaremos mejor. En esta posición podremos percatarnos que existen tres zonas bien diferenciadas: la superficial que tiene poco líquido, en el centro donde hay mayor cantidad y en los costados donde se forman unas sombras

De estas tres zonas podremos sacar muchas conclusiones como:

  • La intensidad del color.
  • La vivacidad.
  • La tonalidad del color.
  • La fluidez y movilidad.
  • La limpidez o enturbiamiento, conocida también como la presencia de partículas sólidas en suspensión.
  • La efervescencia o tranquilidad en el caso de no haber gas carbónico.




Cata de vinos: etapa olfativa

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Esta fase se hace en dos tiempos. En el primero, se mete la nariz en la copa sin agitar, para captar los aromas primarios del vino, o lo que es lo mismo, los que provienen de la variedad de uva, el clima y el suelo.

En la segunda fase, agitaremos el vino en la copa con confianza para oxigenarlo y percibir los aromas secundarios y terciarios con mayor facilidad, siendo los secundarios los que proviene de la elaboración y fermentación de la bebida y los terciarios del añejamiento en barrica y bodega.

Los aromas percibidos son muy personales, pero en general se clasifican en: animal, madera, química, especias, vegetal, floral y frutal.

Etapa gustativa de una cata de vinos

Se trata de la tercera y última fase de la cata en la que sorberemos un poco de vino y, de manera disimulada, lo pasearemos por nuestra boca para degustar su frescura o acidez, la intensidad de sus sabores, su riqueza aromática, su astringencia y a duración de todas estas sensaciones.

El movimiento del vino se realiza para percibir todas las notas del vino, ya que dependiendo del lugar de la lengua en el que se halle, se podrán captar unos sabores y no otros. Así, en la punta de la lengua sentiremos los dulces, el amargo en el centro, el salado en los bordes y el ácido en los costados.

Una vez apreciado todas estas sensaciones conviene recordarlas y anotarlas para que en la siguiente cata podamos contrastarlas y seguir aprendiendo.

Fuente: bodegasaltanza.com

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